Cuando el momento del caos llegue, no será como parte de un plan para aniquilar la población mundial, por ello no hay que perturbarse ni dejar que el miedo controle la forma en que se manifiesta el valor y la conciencia en medio del peligro, solo hay relajarse y aceptar lo que sucede.
Pretender ser desapegado y parecer indiferentes a los sucesos que acontezcan nunca es una opción en medio del caos, pero cualquiera puede flaquear cuando el momento llega. La práctica de dar es una forma de aprender si hay algún disturbio en nuestra Fe y en que nada nos faltará.
Este periodo de transformación y liberación de la Madre Tierra será el paso a descubrirse como un verdadero Maestro, el cual puede manejar cualquier dificultad que se le presente. Un Maestro no se desanima cuando hay un desafío por delante, lo enfrenta, sin preocupación por su propia seguridad, porque lo que un Maestro hace responde a la atención y protección de todos los desprotegidos.
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