Te Damos La Bienvenida

omos un grupo de personas que vivenciamos cosas similares a las tuyas y día a día, con humildad, alegría, amor y unión vamos sumando esfuerzos para servir a quienes más lo necesitan.

Vivimos en el mismo planeta y compartimos la misma esencia. Es por eso que nos sentimos unidos a vos y te invitamos a sumarte y que compartas tus ideas y proyectos que no solo nos resultan interesantes sino que además lo consideramos importantes.


sábado, 21 de julio de 2012

Estrellas De Noche Y Sol De Día

El Cielo está aquí para alcanzar a cada alma en la Tierra con el propósito de despertar:

Nuestra conexión con Dios

Nuestra confianza en nosotros mismos

Nuestro conocimiento de ser merecedores por igual ante los ojos de Dios.

Paz en la Tierra

Dios siempre nos está acercando a Él.

Dios Dijo:

Si vas a renunciar a algo en el mundo, renuncia al sufrimiento. Es así de simple. El sufrimiento es inútil. O, tal vez tiene una utilidad, ya que es como un gran letrero que dice: "¡Quédate fuera! No regreses."

Pero el sufrimiento por sí mismo es inútil. El sufrimiento no sirve. Simplemente se atraganta de sí mismo. Entiendo que puedan causarte dolor, pero yo hablo en el sentido de acumular sufrimiento. No hace falta alegar sufrimiento. No tienes que llamarlo como algo propio. Si puedes dejar de lado una papa caliente, puedes dejar de lado el sufrimiento. Ya no te veas a ti mismo como alguien que sufre. Deja de ver el mundo como un campo de sufrimiento.

Una margarita crece incluso en un campo de batalla. En medio del campo del sufrimiento, hay otros lugares para mirar. Existe el cielo con las estrellas por la noche y el sol durante el día. Ciertamente, existe eso que arroja luz sobre el sufrimiento, lo saca de la oscuridad, lo transmuta y lo convierte en fertilizante.

No es prudente estar atrapados en el marco del sufrimiento mental. El sufrimiento es como arena movediza, amado mío. Te hundes más profundo, y llevas a los demás contigo. ¡Qué locura!

En cierto sentido, el sufrimiento no es diferente de la felicidad. En la felicidad, tú elevas a las demás personas. En lugar de hacia abajo, sin embargo, les tiras hacia arriba. "Ven, párate aquí", les dices. "Hay espacio. Ven donde es un placer estar". Pero si te paras dentro de un hoyo, ¿cómo vas a tirar de los demás para arriba? No entres en el hoyo en el primer lugar. Tampoco seas la causa de que otros desciendan. Tú estás para aliviar el sufrimiento en la Tierra, no para arrastrarte en ella.

No vas a ganar ninguna medalla saltando hacia arriba y hacia abajo en la existencia del sufrimiento. Eso no es para destacar. Es para que elijas la forma de salir. Las señales del camino te lo indican: "La salida está aquí. Este es el camino a la felicidad". Que "Abajo con el sufrimiento. Viva la alegría" sea tu cartel. Mira, amado mío, tienes que hacer huelga cuando se trata de sufrimiento. Ya hay suficiente sufrimiento en el mundo como para que lo difundas o estés expandiéndolo o analizándolo o rellenando tu corazón con él. El sufrimiento no es un premio para ser mostrado. Es para dejarlo ir.

El sufrimiento deja un mal sabor en la boca. ¿Por qué aferrarse a él? ¿Por qué reflexionar sobre él? ¿Por qué tragarlo? ¿Por qué incluso probarlo para ver qué se siente? No te pertenece. No es para lo que naciste.

Si tu misión en la vida es nadar, entonces ven aquí donde el agua está buena. El océano está muy bien, amado mío. Ven conmigo a nadar. Ven a la luz del sol. Ven con tu Yo, y deja el sufrimiento atrás. Sólo es un peso. Pero tú ya lo sabes. ¿Por qué no dejarlo? ¿Por qué no dejarlo ir?

El sufrimiento deja una sensación mala, pero es como el fumar. Te vuelves adicto a él. Si encuentras que te has quedado sin razón para sufrir, sales corriendo a la tienda a comprar más. Tal vez te pongas nervioso cuando te quedas sin un cigarrillo de sufrimiento, tan ligada al sufrimiento está tu vida que te sientes perdido sin él. ¿Qué harías sin un cigarrillo? No fumarías. ¿Qué harías sin sufrimiento? No sufrir. Abandona el hábito, amado mío.

Si fallas una prueba, ¿tienes que sufrir? Si se te pincha una llanta, ¿debes sentirse agraviado? Si la vida no te ofrece lo que tú querías, ¿Te castigas a ti mismo?

Sea lo que fuere lo que te ocurra, ¿Es realmente necesario añadir sufrimiento a la mezcla?

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