Te Damos La Bienvenida

omos un grupo de personas que vivenciamos cosas similares a las tuyas y día a día, con humildad, alegría, amor y unión vamos sumando esfuerzos para servir a quienes más lo necesitan.

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sábado, 21 de julio de 2012

Un Maestro Es...

Un Maestro es...

..Compañero de viaje

Un maestro es aquel común y corriente, que desapercibido camina entre la gente llevando luz en la oscuridad, sin creerse bueno, sabio o superior, no necesita nunca del reconocimiento para marchar tranquilo y pertinaz en su intento de vivir irradiando vibraciones de amor, porque no desea ningún protagonismo, se mantiene distante siempre fiel a sí mismo, como un claro vigía centinela de luz, pero su mansedumbre siempre te descoloca y su dulce energía llega hasta ti y te toca aliviando en silencio las cargas de tu cruz. Un maestro comprende a todo aquel que duda, sabe de qué modo puede darte ayuda, acercándole claridad, pero también discierne con criterio y a veces simplemente quedarse callado es la mejor manera de ayudarle en verdad. No pretende tener respuesta para todos y va sencillamente transitando a su lado, sabe perfectamente que no es perfecto y que nadie lo es. No marcha por la vida brindando soluciones sino enseñando la verdad porque sabe que cada uno debe descubrir sus dones y pararse sobre sus propios pies.

Un maestro se apena con el dolor ajeno aunque sabe que es un terreno fértil para que en el que sufre surja la comprensión, para que muchas veces aquello que parece injusto es sin lugar a dudas el camino justo para derribar el dolor de su sangrado corazón. Pero de todos modos con su sola presencia, transmite ese consuelo de elevada frecuencia y nos dice que todo tiene razón de ser y no precisa nada tan solo su sonrisa… y ese fulgor dorado que se va con la risa para ir modificando con su dulzura nuestro modo de ver. Un maestro no juzga, no enjuicia, no critica, no evangeliza, a nadie y tampoco predica, ve todas las cosas tal como son, su visión objetiva y desapasionada le hace abarcar todo de una sola mirada, y es casi involuntaria su aguda percepción. No busca, ni precisa validación externa, le basta con seguir su orientación interna, esa que desde siempre susurra en su interior, no siente impaciencia, ni apuro, ni ansiedad, sabe muy bien que tiene toda la eternidad para ir desenvolviendo su regalo de amor.

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